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La encrucijada del fin del conflicto armado en Colombia

El pasado 2 de octubre del año en curso se vivió en Colombia el plebiscito por la paz, que tenía como cometido alcanzar y consolidar una legitimidad social sobre los acuerdos llevados a cabo en La Habana-Cuba entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia Ejército del Pueblo “FARC-EP” y el gobierno nacional. Este plebiscito se caracterizó por campañas basadas en el miedo más que en la esperanza, ocasionando que el país se dividiera entre el SI y el NO. En el resultado del plebiscito se manifestó -por una pequeña franja- que el pueblo colombiano decidió negar la refrendación popular a los acuerdos, propiciando en el país un ambiente de incertidumbre y de relativa inestabilidad.

El plebiscito en Colombia.

En el marco de una campaña que se basó en argumentos degradantes y mentiras de lado y lado, el pasado 2 de octubre los colombianos se manifestaron en contra de la ratificación de los acuerdos entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional |1|. La votación fue muy cerrada, dando como resultado una diferencia de 0,21 entre las dos opciones. Por el NO, votaron alrededor de 6. 431.376 personas, en tanto que por el SI votaron 6.377.482 personas. Ahora bien, esta votación se caracterizó por una gran abstención.

Ilustración 1 Resultados del Plebiscito. Fuente: Registraduría Nacional (2016).

Como se puede observar en la ilustración no. 1, el país se dividió parcialmente entre el centro y periferia -el centro apoyó en su mayoría al NO mientras que la periferia votó por el SÍ-.Se ha argumentado que las victimas concentradas en la periferia votaron por el fin del conflicto, mientras que quienes no viven la violencia asentados en el centro votaron en contra, dentro de muchas otras aseveraciones.

Esta afirmación es un análisis apresurado debido a que se debe observar que el grueso de los habitantes del centro del país, llego a este en razón a la violencia y desplazamiento por parte de los diversos actores en el conflicto, por lo cual no puede hacerse una división según la ubicación de quienes son o no víctimas.

Especificando aún más, se debe atestiguar que las comunidades que viven todavía en el territorio de mayor conflictividad se manifestaron por el sí debido a que viven día a día la incertidumbre de una violencia que los golpea, lo cual se convierte en su reivindicación más urgente; mientras que las comunidades desplazadas adquirieron otras necesidades apremiantes que no pasan por el fin del conflicto y que mantienen el odio inculcado por casi la totalidad de los medios masivos de comunicación.

Esta relación fue manipulada por los opositores del NO, como se ha hecho evidente tras las últimas declaraciones que realizó Juan Carlos Vélez Uribe gerente de la campaña del NO-, en donde se manifiesta su estrategia maniquea y degradante que se fundamentó en el miedo como fuente de apoyo.

“En emisoras de estratos medios y altos nos basamos en la no impunidad, la elegibilidad y la reforma tributaria, mientras en las emisoras de estratos bajos nos enfocamos en subsidios. En cuanto al segmento en cada región utilizamos sus respectivos acentos. En la Costa individualizamos el mensaje de que nos íbamos a convertir en Venezuela. Y aquí el No ganó sin pagar un peso. En ocho municipios del Cauca pasamos propaganda por radio la noche del sábado centrada en víctimas.”

El pueblo colombiano en su totalidad perdió el pasado 2 de octubre, puesto que se abre un espacio donde las fracciones del capital en Colombia -las cuales serán expuestas posteriormente- centrarán sus esfuerzos en una negociación cada vez más degradante para el pueblo colombiano y para las FARC-EP.

Es importante observar como los diversos segmentos de la sociedad colombiana no perciben de igual manera el problema del conflicto armado, y por lo cual se hizo evidente la falta de solidaridad por parte de unos con otros, compuestos por aquellas comunidades que lo viven día a día. También se debe indicar que la materialización de las políticas neoliberales del gobierno afectó a la legitimidad del proceso y golpeó a las clases con menor poder adquisitivo, ocasionando una relación directa de aversión entre sus necesidades cada vez más acrecentadas por las políticas gubernamentales y las mentiras de algunos promotores del NO.

El proceso de paz y la disputa entre fracciones del capital en Colombia:

En el actual proceso de paz se ha advertido una división cada vez más marcada entre dos diferentes fracciones del capital en Colombia, de los cuales se evidencian líderes tanto políticos como económicos. Estas fracciones expresan una forma de dominación diferenciada, sin que esto implique la ruptura con las formas clásicas de dominación del capital.

En primera medida se observa la división en el aspecto político, debido a la alta visibilidad de dicho escenario en la sociedad colombiana, donde constatamos la diferencia entre el partido Centro Democrático con algunas franjas del partido conservador y la denominada Unidad Nacional cuyos líderes o voceros son Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos, respectivamente.

La fracción retardataria del capital en Colombia

La fracción del capital colombiano representado por el Centro Democrático, algunas franjas del partido conservador y particularmente por Álvaro Uribe Vélez, manifiesta el interés de mantener el estatus quo en la sociedad colombiana, que parte de la dominación del sistema socio-económico colombiano a través de la gran hacienda; es decir, del poder que se emana del control territorial que se expresa en un dominio y sujeción económico, político, cultural y social.

Dicha fracción emana una esquizofrenia en mantener el control por medio de la dominación física de la sociedad colombiana y de perpetuar las formas más retardatarias en la cultura en el país, aferrándose a la segregación violenta en contra de los movimientos sociales en diferentes sectores – especial LGBTI, académicos, y mujeres, entre otras comunidades afectadas por esta fracción del capital en Colombia-, combinando formas semi-feudales con la reproducción del sistema capitalista.

Aquí es posible observar el apoyo económico de la Federación Colombiana de Ganaderos -FEDEGAN-. Asociación económicaque ha impulsado y perpetuado la acumulación en pocas manos de la tierra en el país, lo cual lo ha manifestado el Instituto Geográfico Agustín Codazzi IGAC al plantear que: “[…] en el país el desarrollo agrícola no siempre se realiza en las zonas más adecuadas para tal fin y algunos departamentos, por ejemplo, desaprovechan su potencial para cultivar, en ganadería.”. (El Tiempo, 2016)

Colombia es uno de los países con una mayor concentración de tierras en el mundo, como lo afirma Salomón Kalmanovitz -ex codirector del Banco de la República:“Aunque el Censo Agropecuario de 2014 no ha sido dado a conocer por el DANE en forma rigurosa y completa, el grado de concentración que hemos calculado preliminarmente es enorme: el Gini sin territorios étnicos me dio 0,95”(2016)

En el aspecto industrial y/o agroindustrial encontramos como su mayor exponente a la organización Ardila Lule, uno de los conglomerados económicos más fuertes en el país con gran despliegue en el sector de bebidas en el país, ingenios azucareros, comunicaciones, agroindustria, seguros y deportes, entre otros. Este oligopolio mantiene una fuerte relación con el Centro Democrático y desafortunadamente con algunos sectores de la izquierda política colombiana. Su eje económico al igual que FEDEGAN se centra en la tenencia de la tierra y en la manipulación mediática a través de los medios comunicación como RCN televisión y radio, WIN sport y NTN 24, entre otros.

Esta organización económica ha estado en la palestra pública en los últimos meses debido a la presunta relación con la organización paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia -AUC-debido a varios testimonios:

“El testimonio de Armando Madriaga Picón, exjefe de finanzas del frente Héctor Julio Peinado Becerra de las AUC (HJPB), comandado por alias ‘Juan Parada’, complicaría la situación judicial de la empresa de gaseosas Postobón. La razón es la presunta financiación de esta compañía a grupos paramilitares que delinquían en el departamento de Cesar en los años 1990”(Semana, 2016)

Esta fracción del poder socio-económico en Colombia representa la forma más autoritaria, violenta, dictatorial, genocida y retardataria en el espectro político en el país. Esta fracción fue la que encabezó la campaña por el NO ante el pasado plebiscito por la paz con el fin de propiciar una pacificación a la altura de sus dinámicas terroríficas.

La fracción moderna de acumulación de capital en Colombia

En esta fracción del capital en Colombia encontramos a la denominada Unidad Nacional que está conformada por el partido de la U, grandes sectores del partido Liberal, un pequeño sector del partido Conservador, el partido Cambio Radical, Opción Ciudadana, gran parte del partido Verde, entre otros apoyos de sujetos individuales como el de Clara López Obregón del Polo Democrático Alternativo.

Esta fracción manifiesta su interés de lograr en el menor tiempo posible el fin del conflicto armado en Colombia, como fuente de mayor acumulación en el país, en tanto incorporando los territorios en disputa al círculo de producción y reproducción del sistema y sus relaciones odiosas.

Este mantiene la posición de una articulación internacional bajo la ruptura de la acumulación de tierras como forma de control político, social, económico y cultural, ante lo que procuran una transferencia de la disputa del control socio-económico del país al espacio del mercado como ente de resolución del conflicto intercapitalista antes que en el territorio como fuente de poder político.

Su posición económica se basa en la intensificación de la explotación de los recursos en el país, ocasionando una relativaruptura con la tenencia de la tierra de asociaciones como FEDEGAN, frente a la cual argumentan que su tenencia de la tierra es anti productiva y pre moderna.

Esta fracción procura la completa apertura a la inversión extranjera directa y a la intensificación y potencialización de la explotación de los recursos naturales -Bienes Comunes- como fuente de articulación al capitalismo neoliberal de corte periférico, dependiente y subordinado. Esta política económica parte de una mayor relación con el sistema financiero y sus mayores aliados son oligopolios de este sector como el grupo Luis Carlos Sarmiento Angulo.

“Entre los grandes grupos económicos del país, la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo califica claramente como el más agresivo en materia de adquisiciones. En línea con la tendencia de una gran consolidación en el sector financiero mundial, la Organización Sarmiento Angulo se embarcó hace ya varios años en la estrategia de comprar participación en el sector financiero colombiano mediante la adquisición de un importante número de entidades financieras de diferente índole. Sólo en los últimos 12 meses el grupo ha adquirido un banco, una corporación de ahorro y vivienda, cuatro compañías de leasing y dos corporaciones financieras”(Semana, 1998)

Este sector basado y creado en las técnicas de la financiarización de la economía tiene el propósito de ampliar la dinámica de acumulación en el país – debido a que este aún mantiene sectores sin intervención del capital- como fuente de ganancia; además, procura tener aún mayor protagonismo a través de su participación en las Asociaciones Publico Privadas en el país como fuente de absorción de capital |2|.

El sistema financiero por antonomasia como el grupo Sarmiento Angulo teje sus redes en diferentes sectores económicos |3|. En el sector de los medios masivos de comunicación encontramos uno de los grandes grupos de comunicación en el país, la Casa Editorial “El Tiempo”, que se compone por canales de televisión, revistas de interés particular y masivo, canales de radio de gran difusión, entre otros. El Tiempo se manifestó en gran parte por el SI en la pasada coyuntura d el plebiscito como la antítesis de los medios manejados por Ardila Lule particularmente RCN radio y televisión y NTN 24 que agitaron el NO como bandera.

También se puede observar el papel que tiene la familia Santo Domingo en esta fracción económica, dicha compañía estaría abiertamente a favor al SI al plebiscito, que se difuminaría en su apuesta informativa por la vía de sus medios masivos de comunicación en particular Caracol TV uno de los más importantes del país. La relación entre la compañía de la familia Santo Domingo y esta fracción económica -particularmente con Juan Manuel Santos se evidencia a continuación:

“Tampoco es secreta la buena relación de Santos con el Grupo Santo Domingo, fundado por el fallecido empresario Julio Mario Santo Domingo, de quien el mandatario colombiano diría: «no sólo fue un pionero de grandes compañías, sino que forjó progreso en las regiones donde sus empresas tuvieron presencia», reza una nota del diario El País de Colombia” (Rusia Times, 2016)

Esta fracción económica se enmarca en la necesidad de trasladar la dominación física perpetuada en Colombia hacia la dominación puramente económica, es decir el paso de la violencia física hacia el paso de la violencia estructural sin negar el papel de sostén que tiene la violencia en las formas de dominación del sistema capitalista. tanto como su interés de ampliar la acumulación y la completa financiarización de la económica por lo cual existen roces con los intereses de la anterior fracción centrados en la tenencia de la tierra como poder político, social y cultural en el país.

Infortunadamente varios movimientos sociales y políticos de izquierda sostienen relaciones directas con esta fracción, bajo la excusa de un mal menor y de la consolidación de un desarrollo de las fuerzas productivas desde una mirada mecánica y desarrollista completamente desdichada, que se hizo evidente cuando la coalición de la izquierda tradicional llamó a votar a favor de Juan Manuel Santos en las pasadas elecciones presidenciales.

Si bien existen diferencias entre las dos fracciones en Colombia, la dominación en el país sigue pasando por las dinámicas de explotación, opresión y despojo. Se muestra un papel mucho más militarista en la primera fracción expuesta, mientras que en la segunda se evidencia un corte mucho más centrado en la forma de dominación de las relaciones del sistema capitalista, lo cual no implica que no se utilice la violencia física, aunque se observa que no es su primer escenario de intervención.

Este escenario nos lleva a plantear y configurar una estrategia desde las clases subalternas con el fin de romper la hegemonía del capital y transitar hacia la construcción de la emancipación de las relaciones que comparten las dos fracciones al ser hijas del mismo sistema socio-económico de acumulación la cual se encuentra contrapuesta a la vida digna de la especie humana y de todo ser vivo en el planeta.

Colombia entre el Frente Nacional, el frente amplio y las resistencias por lo común.

Colombia tras el contexto actual del No al plebiscito, está dividido entre tres grandes apuestas socio-políticas:

• En primer lugar, podemos encontrar el llamado FRENTE NACIONAL, que se encuentra en gestación tras la votación del pasado 2 de octubre, donde el Centro Democrático al haber acompañado la manifestación en contra del plebiscito se hizo de una fuerza considerable, manifestando que su apuesta de dominación sigue vigente en las relaciones de gran parte de la sociedad colombiana.

Bajo esta nueva dinámica en el contexto colombiano se escucha voces a favor de la consolidación de un llamado Frente Nacional, que recogería a la llamada Unidad Nacional y al Centro Democrático y una franja del Partido Conservador. Este Frente tendría el papel de llevar a cabo la renegociación de los Acuerdos de la Habana con base de la transformación o la eliminación de varios puntos ya negociados.

Este Frente se fundamenta en la degradación de los acuerdos ya negociados y en la integración de la perpetuación del poder retardatario basado en el control y posesión del territorio, como manifestación de subordinación social, cultural, política y económica.

• En segundo lugar, evidenciamos la apuesta política del llamado FRENTE AMPLIO POR LA PAZ, compuesto por grandes franjas de la Unidad Nacional y de algunos de los partidos políticos y movimientos sociales más renombrados. Tiene como propósito generar una cierta alianza con algunas franjas de la Unidad Nacional y en particular con el gobierno de Juan Manuel Santos, bajo el argumento de liquidar del escenario político las apuestas del Centro Democrático, y en especial de Álvaro Uribe Vélez.

• En tercer lugar, encontramos las resistencias por lo común, quienes reivindican una AGENDA SOCIAL ALTERNATIVA, en donde se plantea la resistencia territorial como eje fundamental de las transformaciones socio-económicas en el país. Tienen como fuente la consolidación de una apuesta anticapitalista para el país, bajo las relaciones ancestrales de las comunidades indígenas que parten de una producción comunitaria.

Esta apuesta política surge del interés de unificar las clases subalternas alrededor del país, partiendo del respeto de su autonomía y autogestión. Su trabajo es subterráneo y se piensa en el derrumbamiento de las relaciones del sistema socio-económico capitalista. En el contexto se fundamentan desde la intensificación de las luchas sociales por una vida digna mientras siguen abogando junto a las comunidades por un fin del conflicto armado en el país.

Una semana de incertidumbre…

Esta semana que ha pasado en el país ha estado llena de importantes sucesos que generan un escenario de incertidumbre a nivel nacional. El triunfo de la opción del NO fue imprevista y desilusionante pues implica reconocer la fuerza que aún ostenta el uribismo y que ha ganado la ultraderecha en el país, sin embargo, también lleva a analizar otras circunstancias como la deslegitimidad que está viviendo la izquierda tradicional en el país, pues fueron también quienes impulsaron la campaña institucional por el Sí, y la necesidad de un nuevo proyecto político, que se aleje de las estrategias de esa izquierda tradicional y, trabaje y construya a partir de los movimientos de base, que elabore una propuesta anticapitalista pues es la persecución de los fines capitalistas por medio de las políticas socio-económicas neoliberales las que han llevado a la explotación desmedida de nuestros territorios, entre otros aspectos.

Luego del triunfo del NO y en especial de la afirmación por parte del Presidente Santos de poner una fecha límite al cese bilateral al fuego hasta el 31 de octubre, la ciudadanía salió a las calles a manifestarse a favor de los acuerdos y del cese. Una manifestación que fue diversa debido a que hicieron presencia tanto sectores que apoyan incondicionalmente los acuerdos desde su inicio de negociación y su contenido, como otros sectores que si bien no están de acuerdo con la totalidad del contenido del acuerdo lo respaldan frente a la implantación del pacto entre elites que traduce el Frente Nacional propuesto, entre otros sectores.

Tras la reunión entre Santos y Uribe, se hicieron públicas las manifestaciones del gerente de la campaña por el No, que ponían en evidencia la estrategia utilizada en donde la manipulación fue la herramienta principal, y quien horas más tarde rectificó sus declaraciones y se retiró -fue expulsado- del Centro Democrático. Frente a esta muestra de deslegitimidad -e incluso ilegalidad- de la campaña por el No, finalizando la semana fue anunciado el otorgamiento del Premio Nobel de Paz para el presidente Juan Manuel Santos por su esfuerzo para conseguir la paz, lo cual demostró la presión que existe a nivel internacional para la firma del acuerdo -teniendo en cuenta las declaraciones del FMI, la UE y el BM sobre los resultados del Plebiscito- claro está no por procurar el bienestar de la población colombiana sino por las grandes oportunidades para el capital y la inversión extranjera que contiene.

Aún no se conocen concretamente los puntos que la campaña del No quiere modificar de los acuerdos, pues en sus declaraciones han manifestado que no están en desacuerdo con la totalidad del contenido, sino que solicitan que sean integrados sus planteamientos. Después de la noticia del Nobel de Paz, Las FARC y el equipo negociador del gobierno emitieron un comunicado conjunto en donde dan paso a una “renegociación” del acuerdo con los sectores del No, del Sí, y el sector abstencionista.

Y, ¿ahora qué sigue?

Debido a los innumerables sucesos de la semana anterior aún hay mucho desasosiego sobre lo que puede pasar. Sin embargo, observamos como la posibilidad de instaurar un nuevo Frente Nacional en cabeza de Uribe y Santos está cerca, frente que se caracteriza por ser un pacto entre elites -las cuales caracterizamos anteriormente-, y al cual la izquierda tradicional -al menos sus dirigentes- se unirá como un “respaldo al proceso de paz”.

En oposición tanto al frente como al accionar de esta izquierda, desde los movimientos desde abajo postulamos la necesidad de mantener el cese bilateral al fuego, y a su vez la urgencia de la construcción de una agenda social alternativa en busca de paz con justicia socio-ambiental, pues más allá de la coyuntura que se abrió luego del plebiscito nuestro país se enfrentará a diversas medidas que buscan encrudecer la violencia estructural a la que estamos sometidos, como es el caso de la Reforma Tributaria, cuyo objetivo primordial es el alza del IVA a un 18-19%.

También se ha visto como este contexto del plebiscito ha sido utilizado como cortina de humo para adelantar procesos que van en contravía de la justicia socio-ambiental que reivindicamos, como lo ha sido el intento de desalojo masivo y por medio de la fuerza pública de comunidades desplazadas que se han asentado en lo alto de los cerros orientales de la ciudad de Bogotá, espacio en donde la Alcaldía de Enrique Peñalosa plantea realizar diferentes obras de infraestructura en concordancia con los lineamientos de ciudad región, una ciudad destinada para los negocios y en donde los sectores con menor poder adquisitivo deben irse, poblaciones que ya fueron desplazadas de sus lugares de origen por la violencia física, y que ahora lo serán por los actores de la violencia estructural.

Debemos seguir alerta a los acontecimientos y continuar con la construcción de la paz desde abajo como parte de un nuevo proyecto político que responda a las necesidades de los pueblos, en donde se identifiquen las problemáticas del país y se planteen ejes de articulación y trabajo en común. Los movimientos sociales no pueden seguir diseminados, debemos unirnos respetando nuestras particularidades bajo ejes de lucha que nos permitan llegar a diferentes sectores.

Notas

|1| “El No ha sido la campaña más barata y más efectiva de la historia” Entrevista a Juan Carlos Vélez Uribe, gerente de la campaña del No, quien pone en evidencia las estrategias utilizadas y las empresas quienes lo financiaron. . http://www.larepublica.co/el-no-h...

|2| Crisis climática y energética, y recrudecimiento de la irracionalidad gubernamental, 2016

|3| Tiene presencia en los sectores de Energía y Gas, Hoteles, Agroindustria, Industria y Minería, Infraestructura,construcción, financiero y medios masivos de comunicación, entre otros

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