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El​ ​fútbol:​ ​Entre​ ​la​ ​pasión​ ​del​ ​pueblo​ ​y​ ​el​ ​petrodólar

No​ ​es​ ​que​ ​el​ ​negocio​ ​intervenga​ ​en​ ​el​ ​fútbol,​ ​es​ ​que​ ​se​ ​ha​ ​apoderado​ ​de​ ​él" Miguel​ ​Ángel​ ​Cappa

El fútbol es un "negocio multimillonario, que crea oportunidades y también genera controversias" , aseguraría en 2014 Joseph Blatter , quien en aquel momento era presidente de la FIFA. Basta con escuchar esto para entender que esta última década el fútbol ha girado en torno a los negocios más allá de que en esta misma década seamos testigos de una gran rivalidad futbolística, como lo es la de Messi y Cristiano Ronaldo.

Pero esta rivalidad mencionada ya no es solo la del fútbol, ahora es la de las marcas como nike vs adidas o la carrera desenfrenada por cual jugador vende más camisetas el primer día que es presentado a un equipo. Todas estas cosas han hecho que el fútbol se desdibuje, en la medida en que se firman contratos con cifras más grandes. El caso más reciente es el de Neymar por quien el PSG, el equipo parisino con dueños cataríes, desembolso 220 millones de euros, una cifra mucho mayor a la utilizada para hacer un estadio en Munich.

A esta compra absurda se le sumará la de Killian Mbappe, un jugador Francés de 18 años, y por quien el PSG dará una opción de compra por 180 millones de euros. Pasan las temporadas y los equipos buscan asegurar sus jugadores con cuantiosas cifras que rayan en lo absurdo, pero para el mundo financiero no hay suma que no se pueda superar. Equipos como el Barcelona, el Manchester United o el Real Madrid ponen clausulas que los compradores deberán pagar si quieren llevarse a un jugador, pero para los nuevos compradores provenientes de la península arábiga y la china, el fútbol se convirtió en una galería para exponer la dimensión de sus brazos financieros. Una puja entre grandes arcas de dinero donde la carrera es por ver quien es el más absurdo.

Es posible que los jugadores adquiridos no rindan lo suficiente como para recuperar a corto plazo toda esa suma de dinero, pero de todas maneras para los dueños del petrodólar eso parece no importar mucho. Un campeonato de champions no equivale al esfuerzo de un equipo por ser el mejor de Europa, equivale a demostrar que empresario tiene la capacidad de fichar a los mejores jugadores.

Aun cuando puede ser sorprendente las grandes sumas de dinero, el problema económico es apenas un fachada, el problema es político, basta con leer o escuchar a Blatter quien alguna vez dijo lo siguiente "debemos asegurar la integridad del juego, proteger el juego, por la importancia que nuestro deporte tiene en el mapa geopolítico, por eso es tan importante". Parece ser que detrás del petrodólar, las estadísticas, las cifras y el montón de indicadores que suben y bajan hay una decisión política que sobrepasa la racionalidad de la economía. Seguro que la gente entendería mejor el problema de la desigualdad a través del fútbol, que con un artículo sobre cifras y recortes presupuestales.

Entre más crecen las cifras más crece la distancia del fútbol respecto a los hinchas, que son tratados como clientes y por tanto más se distancia la pasión y la alegria del futbol, quienes ahora son reemplazados por el egocentrismo y la soberbia del dinero. Pregúntese qué sensación le daría a usted si comprara una camiseta del PSG sin la marca de Fly Emirates, que por cierto también patrocinan a equipos como el Real Madrid o el Arsenal, en el pecho o la publicidad que posa sobre los hombros de la camiseta, de seguro le parecería una camiseta pirata, aun cuando la camiseta fuese de nike o de adidas; si siente esa sensación debe preocuparse porque usted no está siguiendo a un equipo sino a una marca.

Finalmente cabe decir que Nasser Al-Khelaïfi, el presidente del PSG y quien está dentro de los 100 hombres más ricos del mundo, fue jugador de tenis y se ha dedicado a multiplicar la riqueza de la familia real, pero él tan solo es la cara visible de la corporación Qatar Sports Investments, una de las tanta multinacionales que le gusta esconder dinero en el fútbol.

Esta corporación ha hecho del PSG no el equipo de mejor juego, pero si el equipo más costoso de la historia, el de grandes talentos y lujos envidiables. No importa lo que pueda valer un jugador, no importa si esa plata no se recupera, lo que importa es tener a los jugadores más caros. Una historia bien conocida por el real madrid y los caprichos de Florentino Pérez, pero ahora estamos frente a una nueva ola de galácticos , pero que esta vez posarán desde París.

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